Un familiar está perdiendo audición, ¿por qué se niega a aceptarlo?

Negarse a aceptar el problema es lo más habitual. En un principio el afectado no se da cuenta, pues la pérdida auditiva no aparece de la noche a la mañana. Cuando los síntomas son más evidentes, el afectado rechaza su pérdida echando la culpa a los demás: es que hablas muy bajo, siempre estás murmurando a mis espaldas… Y por último, si ya ha aceptado su pérdida, es habitual que rechace la posibilidad de utilizar audífonos alegando que no necesita ningún aparato. Esto genera muchas veces irritabilidad, depresión y aislamiento. Es muy importante ayudar a estas personas, enseñándoles cómo pueden mejorar su calidad de vida al recuperar su capacidad de audición.